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lunes, 15 de abril de 2013

Proyecciones IV

Hoy comenzó a supurar otra vez, pero ahora lo hacía por la oreja derecha. Podía escuchar las líquidas voces saliendo y volviendo a entrar por el otro oído. Ya no era suficiente con liberarlas por la boca, se habían hecho resistentes a esa medicina. Ahora los colores danzaban entre el verde y el marrón; sus pasos se oían oscuros. Debo hacer algo.

En el Hospital

- Hola Señorita... necesito un turno, por favor.
- Razón de la visita.
- Tengo... algo dentro de mi cabeza, necesito quitármelo.
- ¿Le duele en este momento?
- Si, hace años.
- Llene estas formas y tome asiento, el doctor lo llamará.

Al comienzo de la juventud

Las hojas se resquebrajaban bajo nuestros pasos. Su pequeña y cálida mano me hacía recordar a mi hogar, pero con una calefacción que siempre faltó durante las noches de invierno. Finalmente... la había encontrado.

Finalizando la juventud

Este era el momento.

- ¡Salta!
- Pero ¿Y si el agua esta baja? Hay historias de que muchos murieron...
- ¡Vamos! ¡Vamos!
- Pero...
- ¡Gallina, gallina!

Se hizo de noche y ya nadie quedaba en aquel lugar, ya puntual, ahora por siempre infinito. Un mosquito me picó vehementemente en la nuca y fue horrible. Total dolor en el más inmenso blanco silencio. Me picaba mucho, muchísimo. Me rasqué, me rasqué y me rasqué. Grité de la desesperación. Corrí.

Luego dejó de importarme.

Tres años después del fin de la juventud

Me despierto, y como en cada mañana, abrazo a mi mejor amigo: Joshua, el forúnculo de la nuca. De vez en cuando, si me porto bien, Joshua me deja ver a algunos amigos que él mantiene cautivos dentro suyo. Pusy, la joven albina, es mi mejor amiga en la actualidad, me acompaña a trabajar todos los días. A veces me enojo con ella, y entonces se hace la pelirroja o castaña oscura, pero no le queda tan bien como el blanco.

En el quirófano

- Hola señor, soy el Doctor, ¿Cómo se siente?
- Como siempre.
- Ah, así que su condición es normal. ¿Por qué esta aquí entonces? Solo tratamos disfuncionalidades.
- Porque tengo un forúnculo en la nuca, pensé que era mi amigo de toda la vida, pero ahora el tiene otros amigos, y estos emigraron hacia mi cabeza. Y jamás les di pasaporte, ni nada, son inmigrantes ilegales. Y hace fiestas, gritan, susurran, hablan, viven diciendo cosas... y salen cuando quieren, y los demás los ven, y no los puedo mantener adentro, es un caos, puedo ir a prisión.
- Oh, ya veo. Tenemos que acabar con esas lacras sociales en este mismo instante. Por favor, recuéstese un momento, esto no tardará mucho.
- ¿Qué hará Doctor?
- Le daré una simple inyección que acabará con todo. Relájese. 
- Gracias, ¡Muchas gracias! ¿Cual es su nombre Doctor?
- Soy el Doctor Presente.

Final abrupto.

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