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lunes, 31 de mayo de 2021

Amor contrarevolucionario

Querido Francisco,

    te escribo con un gran pesar en mi corazón: el mar ha sido clausurado por las fuerzas del orden y ya no recuerdo cuánto olvidé. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Por qué lo permitimos? Son preguntas que rompen en mi pecho cuando la vigilia me abraza como una... ¿Qué es una ola? ¿Alguna vez hablamos de eso? A veces creo que estoy enloqueciendo y que la dictadura del proletariado tiene buenas intenciones. Que el problema soy yo por no haber seguido la corriente del cambio desde el inicio, pero no pude. No se por qué.

    Recuerdo que una y quizá mil veces te vi sentado, fumando un cilindro de tabaco en un montículo de fina piedra molida, mientras mirabas absorto, feliz, el rugir de aquella líquida bestia azul que tapizaba el horizonte y más allá. No me atreví a romper ese momento ya que allí descubrí el significado de la “permanencia”, lo que no se borra, lo que define. Entonces enterré esa memoria en aquel lugar como un preciado tesoro, hasta que me vi en la irrefrenable necesidad de volver a tocarlo con mis propias manos. No pude resistirme.

  Cuando lo llevé a mi casa, unos agentes me detuvieron en la puerta como si fuera un sucio ladrón, y dijeron que esa palabra que traía era prohibida, que detenga esta locura propia del capitalismo. La realidad es “que nada es, que todo deviene, que todo siempre es revolución. De proseguir, usted estaría cometiendo traición a la madre patria” explicaron, de manera locuaz. Aun así, se mostraron comprensivos en todo momento y no me dañaron. Sostuvieron que se trataba de una necesaria transición social y me abrazaron gentilmente, a la vez que completaban su mortal amenaza.

    Entonces la dejé Fran, la entregué. Entregué la sonrisa y me aferré a la existencia, como un animal abandonado en el bosque, seguro de que su hora final se aproxima. Por eso es que me arriesgo a enviarte esta carta, tengo la esperanza de que esta despedida no llegue demasiado tarde, amor mío. Cuando los agentes derriben las puertas, yo ya no estaré aquí: la bestia azul espera mi llegada y se que en algún lugar de la tierra, seas o no un revolucionario, vas a estar sentado, contemplando, sonriendo a sus pies.

domingo, 15 de diciembre de 2019

revisionismo


culpaste a la tierra por tus huellas
entonces nos convenciste de que embarrarse era algo indigno de la humanidad
era demasiado, para los dioses, pedir perdón

sábado, 16 de noviembre de 2019

laringitis


grité, tosí, aclaré mi garganta
pero a mi voz le faltaba fuerza
ya no puedo cargar muchos versos en mi boca
sin parar a descansar un rato
a recomponerme
¿tan fuera de forma estoy?
debe ser que me acostumbré al llano
a vivir en la planicie
esa de los electrocardiogramas finales
y que allá, en las alturas,
entra en pánico hasta la última de mis células
“¡aire, aire, aire!” gritan canibalizando
cada una de las estupideces que respiro a diario
solo queda la vergüenza, el perdón
por engañarme otra vez
es que a mi fuerza le faltaba voz y no al revés
porque acá abajo, imperio de la costumbre,
se habla el idioma del silencio o no se habla
y otra vez
por instinto de supervivencia
estoy allá arriba cantando
jugando
muriendo
quizá así el pulso
me vuelva a encontrar latiendo en un cuerpo
con ustedes
con voz

viernes, 30 de marzo de 2018

tiempo de descuento

bastará decir por ahora
que me tartamudea la mano si pienso en palabras
borroneo, trazo letra sobre letra 
no me entiendo
vuelvo a empezar
bastará decir por ahora
que son las seis de la mañana
tiemblo como una hoja y la cama me quema
tengo los ojos en blanco
para un papel que sólo deja de ser blanco
al aceptar que soy pluma y no poeta
me pregunto por qué
¿por qué no puedo de otra manera?
el peso de esa pregunta hace crujir esta hoja
bajo el eco de una niñez que no termina
¿Dónde estás?
¿Dónde estás? 
¿Dónde?
oigo esa pregunta
pero no escucho respuesta, sólo réplicas
de un terremoto que vuelve picando a mis pies
es esa pelota de fútbol de toda la vida
la que escondí bajo la cama
la que llevé a todos lados
la que me costó un brazo roto
y un sueño en off side, anulado
tan ajena, tan familiar
vuelvo a jugar
bastará decir por ahora
aunque vayamos perdiendo a estadio lleno
no me fallarán las piernas
para faltarle el respeto al destino en su propia cancha
para pisarla y tirarle un caño al silencio 
sea a mis 28 años 
o en tiempo de descuento

sábado, 8 de abril de 2017

Proyecciones XII: Búsqueda

El primer síntoma de "La Espiral" es la búsqueda solipsista, el replegarse infinitamente sobre sí mismo hasta la autodestrucción. La respuesta siempre es cero. Cero. Cero. Estoy seguro que deben ser los oscuros gusanos de este planeta, lo primero a lo que acudimos después de perderlo todo. Si, debe ser eso.

Duele, pero sobrevivimos. Evitar el desastre se volvió cotidiano... y cada vez duele menos. Después de una serie de horribles eventos a escala global, me pregunto qué estará pasando ahora en mis pies, la parte más importante del cuerpo en esta situación donde no puedo permanecer más de unos minutos en el mismo lugar. Hay camino, no dirección, urgencia, no sentido. Las comunicaciones con la Tierra se cortaron hace cuatro soles, las raciones se acabaron, los supervivientes no hablan demasiado: "El aire se escapa, no vuelve" repiten en susurros entrecortados, como un mantra.

¿Con quién estoy hablando...?

domingo, 12 de febrero de 2017

fronteras

pero qué lindo
colgarse en tus ojos
sin tiempo, sin luz

acariciamos
invisibilidades
con miedo a sentir

nuestros desbordes,
de sernos ajenos
y por demás íntimos

viernes, 2 de diciembre de 2016

eclipse

camino las huellas
de cada palabra
de cada poema
que no puedo decir
simplemente no estoy
bajo esta piel 
atravesada por un cementerio
de invisibilidades
abrazo a la noche
respiro un eclipse
entre las huellas
y el miedo