Entre las horas pasaban los momentos,
las nubes bailaron desnudas con el viento,
y alguien oculto en ellas,
acorralado,
rendido,
rendido,
parecía sonreír.
El atardecer dio un último suspiro,
y nos abrazaba con su deseo;
el mundo caía en nuestra piel,
como nieve flamígera,
que se entregaba entera,
a costa de su vida,
a cada instante.
a cada instante.
Nos fundimos en pasión,
con la historia,
con lo etéreo,
siendo una efímera canción,
que estaba terminando,
y nadie recordaría.
El sol naufragó en sus ojos,
y la luz estalló en blanco silencio.
Ya no había planes a futuro,
o nuevo amanecer,
o nuevo amanecer,
y la luz era nuestra.
Sos una fuente de metáforas. Muy pero muy genial.
ResponderEliminarGracias Nico! :)
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