Suspiró y cerró los ojos mirando hacia su noche interna, y sin saber qué ocurría, se enfrentó a ese otro. Hoy lo había liberado. Aquel que gobernaba hace años sus infiernos, que lo rodeaba y asolaba con torturadoras visiones de lo diferente, aquel que saqueaba sus circunstancias en cada ocasión que los cómplices berretines del destino le presentaban.
Trató de aspirar muy fuerte, pero ya era tarde. Hoy el humano se había convertido en hombre.
Parte de él corría por sus mejillas.
Parte de él se evaporaba en la penumbra,
rechazado, extirpado.
Esa malformación, maldita,
ya partía rumbo a lo anónimo.
Esa noche se escuchó en el tiempo.
Parte de él se evaporaba en la penumbra,
rechazado, extirpado.
Esa malformación, maldita,
ya partía rumbo a lo anónimo.
Esa noche se escuchó en el tiempo.
Gran pelea en cada uno.
ResponderEliminarPrometedora serie-.