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jueves, 29 de diciembre de 2011

Escape (El Otro V)

Ya no quedaba mucho tiempo. Abrí la primera puerta que mi forzoso último bocado de aire encontró, la número 32. Un sordo estallido de luz me abrazó y me llevó abajo. Abajo, más abajo, y me fundió en un espiral de instantes, momentos y nuevas vidas. Me infectó, me marcó la carne con hierro y con lo que me quedó de fuerzas, me eyecté.

Desperté en una playa desierta, a las orillas de un mar anónimo que acarreaba un inusual color verde. La lava coqueteaba con el agua, estallaban y se hacían uno. Era muy difícil respirar. Grité, corrí y busqué vida a mi alrededor, pero todo fue vano. Caí en la arena, esperé unos segundos y volví a morir

Era demasiado tarde, o demasiado pronto para mi, quien sabe..

Mañana volveré a planear el escape. Mañana habría una puerta menos por abrir.

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